Submitted by jorge on Mon, 19/02/2018 - 06:45
La noticia es baladí, hasta ridícula, pero de cuando en cuando es necesario soltar una risa, máxime, cuando de un lunes se trata.
Hace días, en Teruel, tres cacos encapuchados con pasamontañas y armados de pistolas de lo que a todas luces parecía producto plástico, cruzaron su furgoneta blanca al paso de lo que asemejaba un furgón blindado amarillo de Prosegur con intención de desvalijarlo.
Hicieron bajar al conductor a punta de pistola y lo obligaron a entregar los miles de euros que llevaría como transporte blindado que era, motivo por el cual y ante el nerviosismo mostrado por los asaltantes, el repartidor no entró en dimes y diretes sino que abrió las portezuelas traseras del vehículo.
Los juramentos que soltaron los cacos al divisar el botín en forma de cientos de bolsas de patatas fritas Lay’s de la casa Matutano y su rápida huida hacen de esta historia una anécdota sin mayor trascendencia.
Ojalá los delitos tan solo fueran eso, anécdotas de errores sin trascendencia, armas plásticas y escasa violencia.