Submitted by jorge on Wed, 05/09/2018 - 06:43
La Droga entra en prisión, habitualmente, de dos maneras:
• A través de los internos que regresan de permiso.
• A través de los familiares, en especial, las mujeres, en los Vis a Vis.
Alguno podrá decir que existe alguna que otra vía más, si, pero los sistemas habituales son estos.
El Kie o “jefazo” del módulo la encarga, entrega el dinero al que sale de permiso y este regresa con la mercancía; o también se hace de manera comunitaria, comprándola entre varios.
Cuando la traen a través de las comunicaciones del Vis a Vis, o el que la recibe tiene las relaciones para venderla o si se trata de un machaca, se la entrega al Kie o al Economatero (a esos que debe dinero) y estos se cobran la deuda y venden la mercancía.
Lo que ya no es tan normal es que un solo interno maneje a través de familiares y amigos del exterior un entramado de entrada de diversas partidas de Droga, las cuales pagaban sus familiares en el exterior y entregaban a varios compañeros que regresaban de Permiso y a familiares de terceros que iban a los Vis a Vis.
Todo comenzó en la prisión del Dueso, Cantabria, en 2017, donde los funcionarios sospecharon de este Kie que regresó de un Permiso y al que llevaron al Hospital donde lo tuvieron varios días bajo vigilancia hasta que expulsó 45 bellotas de hachís, lo que supuso el inicio de la operación Reajuste.
Tras diversos cacheos y controles, requisaron 600 gramos de hachís y comenzaron a detener a diversas personas en 6 provincias de España, dado lo extendido de la operación.
Y uno de los motivos que propiciaron estas detenciones fue que al interno lo trasladaron a la prisión de la Moraleja, Palencia, donde comprobaron que continuaba con sus entramado con tentáculos en diversas prisiones y provincias.
En esta última cárcel contaba además con un trabajador externo de la cárcel que introducía igualmente la mercancía para este jefecillo; lo detuvieron en las siguientes semanas con 180 gramos de hachís en su poder y que le habían entregado familiares del primero.
Además de estas dos detenciones iniciales, en Cantabria primero y en Palencia después, a partir de este momento comenzaron a caer los diferentes enlaces del interno en otras provincias como Zaragoza, Vizcaya, Canarias y Cantabria.
Esta organización a gran escala no es común en prisión, donde todo funciona de forma similar pero a muy pequeña escala, de uno o varios implicados y repartidos en uno o varios módulos, poco más.
Ahora vendrán los juicios por estos delitos con condenas mucho más severas que las habituales por ser un delito cometido durante la condena.