Submitted by jorge on Thu, 22/06/2017 - 06:05
Hay gente que merece condena, y con ello no decimos que haya que internarlos en prisión, pero si ponerles unos castigos ejemplares con trabajos en favor de la Comunidad -en el área de Medioambiente-, durante varios años, y embargarles hasta los gayumbos con multas acordes al acto cometido.
En mayo de 2016, ALGUIEN prendía fuego al mayor vertedero de neumáticos de Europa con más de 100.000 toneladas de ruedas, por cuya acción más de un millar de personas residentes en una urbanización de la zona tuvo que ser desalojada. La nube tóxica se veía a 50 kilómetros de distancia y el daño medioambiental que causó fue indescriptible.
Ahora nos venimos a enterar que, el testigo protegido que al mes de ocurridos los hechos denunció ante el Seprona a un empresario que resultó ser su cuñado y que le había despedido tiempo atrás, lo único que pretendía era perjudicar a ese cuñado que se encontraba en litigios con él y su hermano, verdadero artífice del atentado medioambiental.
Este testigo protegido mantuvo a la Guardia Civil durante 9 meses en jaque hasta que comenzaron a sospechar y, finalmente, descubrir el pastel: Juan Carlos, el testigo, inculpó a su cuñado por diferencias económicas en otros negocios y en connivencia con su hermano Javier, el culpable real del incendio, el cual fue detenido.
Pero lo que más nos llama la atención es que la Juez, una vez Javier pasó a disposición judicial, declarara y fuera imputado como único ejecutor del atentado medioambiental, lo dejara libre con cargos.
¿Es que apenas se condena a alguien que comete semejante barbaridad?