Al cabo de dos días el posible sospechoso es señalado por varios de sus agentes; no puede ser otro, le aseguran. Se trata de un tal Herminio, llegado hace unos meses del penal del Puerto y amigo de un funcionario de este centro, el mismo que le ha colocado en el destino de comunicaciones. El Filetes se lo comunica al Anselmo, para que éste determine el tipo de castigo que desea infringir al trasgresor, ojo, teniendo en cuenta que el menda no es novato en estas lides, máxime, si ha cumplido en Puerto, y que además de ello, es amiguete de un jicho.
El Anselmo agradece al Filetes su gestión, pero se siente capacitado y suficientemente hombre como para dar su merecido al mirón; se trata de su mujer y él es el único responsable de que hayan mancillado su honra en este lugar. Su trabajo en el economato central lo ayudará; moverse entre los diversos economatos de los módulos repartiendo los productos es una de sus actividades diarias y eso le facilitará el acercamiento al mierda ese. Se ha enterado que reside en el módulo 2 y el jueves es día de reparto en dicho economato.
El jueves por la mañana se acerca a primera hora al economato del 2. Va dispuesto a todo con tal de darle una lección al cazamujeres ese y sentar un precedente. Toca la puerta externa del economato. Pedro, el economatero del 2, le abre y le franquea la entrada. Él y su carro entran.
-Coño, Anselmo, que temprano vienes hoy, tío. ¿Se hace un café? –le propone sonriente Pedro.
-Sí, compi, gracias. Nada, que hoy he venido antes porque tengo mucho laboro. Además, tengo un problemilla y necesito que me eches un cable.
-Pues tú dirás, compi, para eso estamos los coleguis –le responde ya más serio el Pedro.
Más te vale ayudarme, cabrón –piensa para sí Anselmo-, ya que en más de una te he sacado de movidas con productos que has escaqueado del inventario, así que no me vengas con gilipolleces de coleguis ni hostias.
Claro, que del pensamiento a las palabras va un largo trecho. No le reprocha nada sino que lo pone al tanto de toda la historia. Él otro lo escucha con atención para al final de la conversación interrumpirle: