Submitted by jorge on Tue, 05/07/2011 - 08:30
Martes, 5 de julio
No he dormido bien. Pienso en el vis que tengo mañana y el viernes, y asumo que solo acudirá mi madre. Patricia ya ha dicho que no. Además, después de la comunicación del finde, me barrunto que tiene un lío con alguien; y eso me quita el sueño, y no solo el sueño, las ganas de vivir. Me muero. Y cuando estoy solo, antes de que Edu suba, o cuando baja, me golpeo la cabeza contra la pared de la celda, mientras lloro desconsoladamente.
Y para rematar mi chunguera, me encuentro en el paseo de la mañana con el Bacilo; tiene ambas muñecas vendadas. Éste es el menda, al que su mujer, la semana pasada y por teléfono, le amenazó con dejarlo porque se había liado con su hermano.
El caso es que ayer, cuando volvió a llamar por la tarde a casa, su parienta le comunicó que se iba a vivir con el hermano de él. Que no la llamara más. El tío dejo el auricular del teléfono colgando y se fue a patiear sin conocimiento de causa. De ahí al tigre, donde se metió un par de traquimazines.
Y esta noche, pasado como estaba de pastis, su compi se despreocupó y quedó frito. Pero a eso de las tres de la madrugada y cuando el compi se levantó a oscuras a descargar el canario, pisó algo gelatinoso. Encendió la luz, para observar sorprendido, que el Bacilo se desangraba. Comenzó a picar la puerta, a llamar por el telefonillo, pero nadie acudía. Todo el módulo se despertó, sacamos las piedras y los metales, y comenzamos a picar desaforadamente.
A la hora llegaron los funcionarios gritando, “de dónde coño pican”. Cuando aperturaron el chabolo del Bacilo y vieron el desaguisado, ordenaron a su compañero cargarlo hasta enfermería; ellos no tocarían al menda ni de coñas.
Una vez llegados ahí, le graparon los grandes cortes, le inyectaron varios medicamentos y suero, y a las tres horas, de vuelta a la celda. Antes de chaparlo, le soltaron un par de sopapos que el otro encajó sin rechistar, dada su debilidad.
-Eh, cabrón, en menudo marrón nos has metido. Y si la palmas, ¿qué?