Submitted by jorge on Fri, 01/07/2011 - 08:00
Viernes, 1 de julio
Ahora si comenzamos con el verdadero veranito de los cojones, el que desespera a cualquier puto preso. A partir de hoy y hasta comienzos de septiembre, por lo que me han comentado Edu y otros compis, la maquinaria judicial y penitenciaria se relaja, se anquilosa, y los que estamos dentro, comenzamos a sentir el abandono y la desatención propios del verano.
Y no te digo, lo que es soportar el calor en el hormigón de los patios, en el comedor, en los chabolos. En estos últimos y una vez te chapan, el sofoco te come a dentelladas. El finde pasado subieron las temperaturas como si de pleno julio se tratara, y cuando chapaban, nos daba un chungo. Menos mal que Edu había comprado el pasado año un ventilador por demandadero, porque si no, no hay Dios que aguante en esta lata de conservas; no corre una brizna de aire.
El Tati, uno que tiene el destino de biblioteca y que va todos los días a los módulos de mujeres a entregarles periódicos y libros, nos contó ayer, que las tías se tumban en el patio en sujetador y bragas a tomar el sol, y que eso parece Miami. Unas se untan a las otras cremas solares, alguna espabilada hasta hace top less, y cuando él llega y mira al patio de reojo, se le van los ojos. Y para más inri, ellas se pispan y ni se menean. Al contrario, comienzan a hacer ademanes provocativos hasta que las jichas se coscan y le ordenan al Tati que se pire.
No sé si todo esto será verdad o simple fábula, pero a partir de ahora voy a ponerme a dar el coñazo para que me den el destino de biblioteca, a ver si lo pillo. No está mal hurgar en los libracos, además, que por lo que dice este menda, te mueves libremente por todo el talego, vas al polideportivo cuando te place, tomas café en cualquier economato, y alistas las aulas para los y las estudiantes; esto mola.
Pero por ahora seguiré con el office, que a la larga es entretenido, te haces respetar, consigues favores, y te atiborras de manduca.