Martes, 13 de marzo

Bua, que de a buti lo del destino de biblioteca. Y eso que yo no soy un ilustrado de esos pedantes, ni me vuelven majara los libros, pero salir del módulo y moverte libremente como hice ayer, haré hoy, y seguiré haciendo los próximos días, mola que te cagas.

El caso es que ayer, nada más entrar en la biblio, me encontré de cara con Luis, el compi de Jesús, el que me ayudó anteriormente con el rollito del primer polvo que le éche a la Paula -bueno el que le traté de echar, ya que me corrí antes de poder mertela-, en el tigre de este módulo. Sí, el me hizo la trece catorce en ese momento, y ahora me está echando un cable con el menda del destino de comunicaciones, por lo que le estaré eternamente agradecido.

Bueno, el caso es que me presentó al otro destino del socio, hemos de ser tres, y me indicó cual sería mi curre. Cada uno debe repartir a diario los periódicos y los libros solicitados por los internos en los diferentes módulos, además de limpiar todo el sociocultural de pe a pa.

Él, Luis, reparte en los dos módulos de nenas y los módulos 1 y 2 de hombres. Eduardo, el otro destino, se encarga de los módulos 3, 4, 5 y 6, y yo, el nuevo, y sin derecho a exigencias, el 7, 8, 9 y 10. El 9 y el 10 son los dos módulos más conflictivos. El resto, aislamiento, enfermería y algún otro que ahora no recuerdo, nos los turnamos.

La experiencia fue, por lo menos, especial. Cuando al mediodía llegaron los diarios, ordenamos dos por módulo, además de los libros que habían solicitado en días anteriores los internos, y así, cada cual, salió cargado del socio en direcciones opuestas. Luis se llevó un carrito, porque la cantidad de libros que debía entregar en sus modulos sobrepasaba con creces su capacidad manual de carga. 

Nadie nos dijo nada al salir, ni hubo comentarios por el camino por parte de los funcionarios con los que me crucé. Llegado al primer módulo, y a una señal mía, me aperturaron el portón y entré. Pedí permiso y fui gritando uno a uno los nombres de los solicitantes: se acercaban, pillaban el libraco, firmaban y se piraban.