Submitted by jorge on Wed, 06/06/2012 - 08:45
Los Estados Unidos se cuelgan las medallitas por la supuesta muerte del supuesto número dos de Al Qaeda en un supuesto ataque con un avión no tripulado.
¿Y por qué tantas suposiciones?
Porque el respetable ya no cree a pies juntillas todas las informaciones que tienen relación con Al Qaeda después del 11-S, y menos, si provienen del custodio de la civilización occidental, los Estates.
Por si el lector no está al tanto de los acontecimientos posteriores al gran atentado, E.E.U.U., en su desconcierto y ánimo de revancha, se dedicó a comprar lotes de prisioneros musulmanes en Afganistán y Pakistán a los señores de la guerra de dichos países, con la única exigencia, que los detenidos fueran extremadamente religiosos y/o estuvieran vinculados de la manera que fuere a grupos fundamentalistas, sin rascar ni preguntar el origen de dicha relación, para acto seguido enviarlos a Guantánamo.
¿Y cuántos culpables verdaderos pasaron por dicha prisión? Nos sobran dedos en una mano para contarlos.
De ahí que dudemos de las informaciones que tengan que ver con Al Qaeda, las capturas de los posibles terroristas musulmanes y quienes son los buenos y los malos de esta película, como gustan autodenominarse los norteamericanos, en referencia a los primeros, claro está.
Si hay malos, que los detengan, los enjuicien y que paguen su condena, pero que no queden en un limbo legal sin salida aparente.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/06/05/internacional/1338917458.html