La Generalitat Catalana tiene transferidas las competencias en materia penitenciaria, y por ello, hace de su capa un sayo; menuda sandez ahorrar en unas galletitas y un zumo o similar.

El resto de las prisiones españolas, la gran mayoría, carecen de este extra alimenticio: la merienda. Tan solo se reparte el desayuno, la comida y la cena. El que queda con hambre y desea aperitivo o merienda, saca su tarjeta de peculio y lo adquiere, previo pago, en el economato de cada módulo.

Desde la presión ejercida a nuestro gobierno por parte del FMI, del BCE y de la CEE a fin de que reduzcamos nuestro déficit, todos desean colgarse las medallitas del ahorro, del cumplimiento del deber. En algunos de los casos es pura patraña, una imagen cara a la galería.

Y si no, recordemos la actuación del secretario de Instituciones Penitenciarias cancelando la colocación de las televisiones de plasma, ya compradas y almacenadas, y la piscina de la prisión de Pamplona, de una sola cárcel, como si con ello solucionara el rescate de nuestro país.

En lugar de ello, que controlen la adjudicación de las obras de las nuevas prisiones que, en la mayoría de las ocasiones, se realizan a dedo a un par de empresas constructoras, las de siempre.

http://www.publico.es/espana/439112/la-generalitat-retira-la-merienda-a-los-presos-para-ahorrar