Submitted by jorge on Wed, 22/08/2012 - 08:26
No solemos defender la posición de los etarras, dado que nos oponemos al uso de la violencia de la que han hecho gala por los motivos que aducen para ello, y menos, la ejecución de los asesinatos y las muertes causadas en la población civil a causa de sus atentados, o como ellos defienden, los daños colaterales.
Pero tampoco deseamos que les cuelguen un sambenito que no es real. Nunca hemos observado utilizar la agresión por parte de los presos etarras en prisión, es más, no suelen mezclarse con el resto de reclusos, y cuando lo hacen, es de manera correcta.
Por otro lado, en los comedores de prisiones las mesas y las sillas tienen asignado “dueño”, un concepto sui géneris propio de cualquier cárcel del mundo en todas las épocas.
Dudamos que estos etarras expedientados y trasladados le dieran un bandejazo y un puñetazo al interno que tomó posesión de su mesa, más bien, elucubramos que el preso en cuestión, además de apoderarse de dicho lugar, provocó a los etarras de manera verbal o física y estos respondieron a dicho ataque.
Digamos las cosas como son y no tergiversemos.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/08/21/espana/1345557645.html