Submitted by jorge on Wed, 26/09/2012 - 08:49
Cuando los medios económicos y sociales no llegan a las prisiones, cuando las prisiones son consideradas por los Estados como el estercolero de su sociedad, cuando el alimento que se reparte en ellas no alcanza un mínimo de calidad e higiene, cuando la corrupción funcionarial penitenciaria campa a sus anchas en dichas instituciones, no hay reinserción ni resocialización posible para los detenidos, tan solo un claro síntoma de deterioro de dicha sociedad.
Cuando las prisiones de un país están dirigidas y controladas por unas élites mafiosas de presos, con la anuencia por corrupción o temor de los funcionarios del lugar, dicho país padece un mal social incurable.
Y mientras dichas Naciones no pongan coto a la corrupción, inviertan en programas sociales y de educación, las prisiones de esos países reflejarán a las claras la política y el pulso existente en dicha sociedad.
http://www.elmundo.es/america/2012/09/25/mexico/1348585816.html