Pensar que las prisiones más modernas y equipadas del mundo se encuentran en Europa y Estados Unidos, y que una de esas cárceles quede fuera de control debido a la desaparición de una llave maestra, es realmente cómico, por no decir, irresponsable.

Después reprochamos los sistemas de control y hacinamiento de las prisiones latinoamericanas, cuando en casa y debido a la supuesta pérdida de una llave, 180 celdas son susceptibles de ser abiertas.

Pero las irregularidades en esta prisión belga no acaban aquí, dado que en las últimas semanas no se comunicó, por olvido, el suicidio de un prisionero a su familia, y a otro se le liberó por error.

Tampoco hemos de irnos muy lejos para encontrar casos de desidia y descontrol, ya que hace unos años cuatro yonkies fumados treparon, y a plena luz del día, la valla de la cárcel de Alcalá-Meco sin prisas ni ocultándose, tomaron prestado el vehículo de un funcionario aparcado en el exterior de la prisión, y se fueron… tranquilamente.

En el mal llamado primer mundo somos tan prepotentes, que vemos la paja en el ojo ajeno y no vemos la viga en el nuestro.

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