Que una pobre mujer tenga que autolesionarse en una oficina de un banco, tras reclamar por enésima vez un dinero que es suyo, que le pertenece, pero que desapareció por arte de birlibirloque en una operación de inversión que le propuso en su día el apoderado de dicha entidad, es tan demencial, como que dicho banco siga operando con total tranquilidad y nadie le exija responsabilidades.
En qué país vivimos, donde las autoridades, no las judiciales, sino el Ejecutivo, no solo no tome cartas en el asunto en situaciones como la relatada, sino que para más inri, inyecten dinero de la CEE y de los españolitos de a pie en mantener estas entidades a flote.
Y esta señora, con un hijo parapléjico en casa –los 300.000€ esfumados eran la indemnización recibida y con la que preveían mantener al hijo el resto de su vida-, y ahora lesionada y sin los medios necesarios para mantener a la familia a flote, ha de mendigar mientras la justicia se decide, con sus tiempos y sus dudas, a darle la razón o apoyar al sistema bancario.
Qué miseria de país, qué vergüenza de Ejecutivo.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/12/10/andalucia/1355157415_463913.html