¿Quién no ha deseado en algún momento descerrajar un tiro a un vecino ruidoso, a un conductor agresivo o a un ladrón ingenioso?

Creo que todo hijo de vecino ha sentido puntualmente una erupción de violencia que, en caso de contar en ese instante con un arma de fuego, hubiera terminado en tragedia.

Este es el caso de la primera nación “civilizada” de nuestro planeta, donde cualquiera y sin apenas esfuerzo, puede conseguir un revolver, una escopeta o un fusil de asalto, por no hablar de armas mayores.

Y de lo que no se han percatado los norteamericanos, en especial, de esa arcaica Asociación Nacional del Rifle, es que la conquista del oeste, la matanza de “indios salvajes” y de búfalos, terminó hace más de un siglo, bastante más, y ya nadie ha de protegerse de esos merodeadores, humanos y animales de aquel entonces, sino de su misma gente, de su propia sociedad, y de su locura permitiendo la venta de armas a diestro y siniestro y a favor del aumento de beneficios de los lobbys del armamento.

Entre esta Ley obsoleta y la de la pena de muerte, este país, a nivel social, deja mucho que desear.

http://www.lavanguardia.com/lectores-corresponsales/20121225/54356619256/posesion-armas-estados-unidos.html