Submitted by jorge on Fri, 19/04/2013 - 08:12
Un hombre muere tras nueve meses aguardando una operación que nunca llegó. Al final su aorta no resistió, mientras su nombre se mantenía en la lista de espera del hospital, y en urgencias, durante sus últimas horas de vida, lo trataban de una indigestión.
¡Esta es la corta crónica de una muerte anunciada!
Y ahora la familia de la víctima tiene la intención de demandar a la Junta de Castilla y León.
Pero con el corporativismo médico se han de topar. A ver qué facultativo realizará el informe en el que se aprecie una posible negligencia de sus compañeros en el error del tratamiento aplicado a este paciente.
El resultado que preveemos ocurra es que las aseguradoras de la Junta de Castilla y León y del hospital en cuestión negocien a la baja una indemnización que la familia, en última instancia, aceptará a fin de evitar un juicio engorroso.
Y el departamento de Sanidad de la Junta, el hospital y los médicos de rositas, como es habitual en nuestro país.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/04/17/actualidad/1366218239_928069.html