El policía, Miguel Folgoso Olmos, que asesinó de manera brutal a su abogada hace un año y residía en un módulo especial destinado a los miembros de las Fuerzas de Seguridad -habitual en muchas prisiones españolas para evitar el contacto con los presos comunes y las posibles agresiones por parte de estos últimos-, se ha suicidado en su celda.
¿Y esto de los suicidios en prisión es común?
Relativamente. Lo que ocurre es que la mayoría de estas acciones no salen a la luz pública para evitar controversias. Pero lo que sí está claro, es que los protocolos anti suicidios no son operativos, máxime, cuando existen fechas como el verano y las Navidades donde el número de muertes asciende de manera notable.
A algunos internos se les pone un compañero de apoyo para evitar estas situaciones, pero esta actuación es prácticamente irrelevante porque nadie puede permanecer vigilante las 24 horas del día. Además, las consultas realizados por los psicólogos de prisiones apenas existen, ya que muchos de los presos de un centro penitenciario nunca, y nunca es nunca, han mantenido una reunión con el psicólogo, a pesar de que los estudios realizados revelan que más de un 30% de la población penitenciaria española padece algún trastorno psiquiátrico.
Estas son las cifras de suicidios en las prisiones españolas en los últimos años:
2004: 40 suicidios
2005: 33 “
2006: 25 “
2007: 27 “
2008: 19 “
2009: 27 “
2010: 23 “
2011: 15 “
http://politica.elpais.com/politica/2013/05/20/actualidad/1369033200_429375.html