Resulta que nos venimos a enterar, que el principal asesor del Gobierno, ese que cobra una nómina fija del PP desde hace 24 años por aconsejar desde la sombra a los presidentes del Gobierno pertenecientes a este partido, sean inocentes, culpables o posibles imputados, aparece en los papeles de Bárcenas como uno de los perceptores de los dineros oscurísimos que el tesorero del Partido repartía a diestro y siniestro.
Pedro Arriola, no contento con negar haber cobrado dichos dineros, aconseja a nuestro Presidente del Gobierno que se haga el sueco, que no de explicaciones por ese pozo sin fondo de inmundicias económicas, que deje correr el agua, que no se preocupe que la plebe se terminará cansando y la sangre no llegará al río ni sus colaboradores inmediatos a prisión.
Y en el fondo tiene razón, porque para gestar una revolución la población no ha de tener nada que perder, pasar hambre y ver morir a sus hijos de inanición.
Y como todos tenemos algo que perder: la casita a plazos, el coche, la televisión de plasma, el aire acondicionado, la nevera, el ordenata, las vacances, el, el, la, la, el… y así todos las comodidades que nos proporciona la vida moderna.
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