Submitted by jorge on Mon, 23/09/2013 - 11:44
Un ex preso británico detenido por última vez en España, ha encontrado la fórmula de reinsertarse y crearse un modus vivendi más que digno en libertad.
Y todo debido a un nicho existente relacionado con una laguna penitenciaria y judicial propiciada por la misma Administración: el escaso o nulo soporte otorgado a los presos extranjeros que desconocen nuestra lengua.
No disponen de intérpretes adecuados a excepción de los suministrados en los juicios y declaraciones judiciales, pero no a fin de resolver sus dudas penitenciarias ni las concernientes a los contactos con sus letrados.
Por ello dependen de la buena voluntad de algunos compis de patio que dominen su idioma y ejerzan de traductores, aunque en la mayoría de las ocasiones queden desamparados frente a los funcionarios de prisiones y sus propios abogados, algunos de los cuales aprovechan esta situación para exigirles unos honorarios desmesurados por una defensa mediocre.
Este nuevo mediador intermedia en las conversaciones entre los letrados y sus clientes extranjeros, controla que los primeros lleven a buen termino la defensa de los imputados, y éstos logren libertades provisionales rápidas, sentencias benignas o libertades sin cargos.
Una buena manera de aprender de los errores.
http://politica.elpais.com/politica/2013/09/20/actualidad/1379699169_768927.html