Submitted by jorge on Sun, 19/07/2015 - 19:50
En la Justicia se dan de continuo paradojas que el respetable no alcanza a comprender.
Qué la Policía detenga en una macrooperación a una banda organizada perteneciente a la mafia georgiana compuesta por 16 miembros, de los cuales 3 -incluido el jefazo de todo el cotarro, Zviad Darsadze- están a la espera de un juicio en otro proceso contra las mafias ruso-georgianas instruido por la Audiencia Nacional, y en este caso, lo instruya un juez de instrucción de Madrid y no uno de la Audiencia Nacional como sería de esperar por tratarse de una organización criminal internacional, y este último juez en cuestión, Diego de Egea, los deje libres a los 10 días de su detención sin fianza ni nada que se le parezca, no solo es contradictorio, sino más que sospechoso.
Porque en nuestro país a cualquier detenido por una imputación en banda organizada, asesinato, extorsión, tenencia de armas o similar, se le dicta un ingreso directo en prisión incondicional sin fianza, y para de contar.
Pues a este superjefazo de la mafia georgiana, en libertad bajo fianza en otro sumario de la Audiencia Nacional, y a toda su banda y tras meses de seguimiento, siendo calificada dicha detención por el propio ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, “como una de las más importantes realizadas nunca en Europa contra estas tramas”, este juececillo les decreta en un primer momento prisión incondicional, para a los 10 días cambiar de opinión y soltarlos sin más.
Y perdone el respetable si no comulgamos con lo que dicen los expertos consultados, “que muestran su desconcierto porque se produzcan decisiones judiciales de este tipo, y que haya una falta de especialización por parte de algunos magistrados para luchar contra estas organizaciones criminales complejas», porque esto no se trata de falta de especialización, sino para nuestro gusto, lisa y llanamente, una prevaricación descarada provocada por un unte económico o presiones de otro tipo.