Submitted by jorge on Tue, 21/07/2015 - 18:53
2 ½ años de prisión por curiosear el móvil de su mujer aparenta ser un excesivo castigo por ser curioso, celoso o controlador, pero los hechos no son tan sencillos como en principio se pintan.
Parece ser que el condenado no solo curioseó dicho móvil, sino que extrajo mediante la clave que poseía información y conversaciones de Whatsapp que mantenía su mujer con otra persona, además de lo cual, siempre y según otras versiones recibidas, introdujo en el móvil un dispositivo que desviaba los mensajes y fotos que llegaban al teléfono de su mujer al suyo, es decir, lo pinchó.
Esto es un espionaje en toda regla, y por ello el Juez ha dictado sentencia en base a la violación al derecho de la intimidad, además de vulnerar el secreto de las comunicaciones, máxime, llevado a cabo en el seno del matrimonio, otro agravante motivado por el parentesco.
Con toda esta información, lo que aparentemente simulaba ser una curiosidad provocada por los celos, pasa a ser algo más grave, ¿verdad?