Submitted by jorge on Thu, 01/09/2016 - 06:51
Conocemos varios tratantes de antigüedades del Rastro Madrileño que de continuo reciben la visita de diversos sacerdotes y monjas de conventos, parroquias e iglesias cercanas a fin de venderles piezas eclesiásticas con el pretexto de necesitar dinero para mantener sus parroquias o congregaciones religiosas.
Pero esto no es ninguna novedad, ya que históricamente la curia ha vendido propiedades artísticas de la Iglesia en beneficio propio.
Por ello no nos toma por sorpresa enterarnos que las monjas del Monasterio de Sijena, guiadas por su priora, trasladaron en 1970 las famosas 120 piezas artísticas que están en litigio entre Aragón y Cataluña, desde el Monasterio de Huesca a Cataluña, cediendo provisionalmente parte de este lote para su custodia a los Museos de Arte Municipales de Barcelona y con el compromiso de la Generalitat de devolver las piezas cuando las monjas así lo reclamaran.
En 1993 las pidieron de vuelta por motivos "sentimentales", acción que llevo a cabo la Generalitat, no sin antes catalogar dichas obras artísticas como “bienes culturales, una protección que obliga a informar del destino y situación en el que se encuentran las piezas, algo que ahora se desconoce, ya que una falta así puede suponer, según la Ley de Patrimonio, una sanción que ascendería a 138.000 euros que deberían abonar las monjas si la Generalitat pone en marcha el proceso sancionador”.
Parece ser que las 23 piezas más importantes entregadas en 1993 de vuelta a la monjas desaparecieron después, acabando en manos de Pilar Alcalde Bretón a cambio de un suculento mordisco económico, ya que se trataba de un benefactora económica de la Orden y cuyo hijo intentó subastarlas, motivo por el que saltó la alarma.
Ahora es el Gobierno de Aragón quien ha de “pelear” judicialmente la recuperación de las piezas que quedan por retornar a Aragón, pero de seguro a las monjas nada les ocurrirá:
LA LARGA MANO DE LA SANTA MADRE IGLESIA ALCANZA TODOS LOS ÁMBITOS.
