Submitted by jorge on Thu, 01/12/2016 - 06:51
Sí, todos compramos productos de estas multinacionales, T-O-D-O-S:
Colgate-Palmolive, Elevance, Kellogg’s, Nestlé, Procter & Gamble, Reckitt Benckiser, Unilever, AFAMSA y ADM.
Pues resulta que todas estas multinacionales, tan buenas, tan sostenibles, tan sociales, y que crearon en 2004 una Organización sobre el Aceite de Palma Sostenible para “velar por que se respeten los derechos laborales y de las comunidades indígenas, así como garantizar que no se ocupen zonas de elevado valor medioambiental, que no se amenace la biodiversidad del lugar y promover prácticas agrícolas más limpias”, producen parte de sus productos en base al Aceite de Palma generado por la mayor empresa mundial del sector del aceite, WILMAR, que sigue utilizando mano de obra infantil, de mujeres con horarios y salarios de vergüenza que, además se contagian con un producto químico y prohibido utilizado en las plantaciones de Palma -Paraquat-, y nadie dice nada.
Además de no respetar los derechos laborales de mujeres y niños asiáticos y de mantenerlos en un estado de semiesclavitud, esta empresa está destruyendo las selvas tropicales indonesias con la plantación de este tipo de Palma, pero las multinacionales antes mencionadas siguen comprando a dicho proveedor, y no hay Justicia en el mundo que abra una causa judicial a unas empresas que, solo ellas, facturan al año 325.000.000.000 de dólares, sí, trescientos veinticinco mil millones de dólares.
Así que, querido lector, cuando consumamos un helado Magnum o un chocolate Kit Kat, sorbamos una sopa Knorr, nos cepillemos con Colgate o lavemos con Jabón Dove o Ariel, recordemos que están producidos con Aceite de Palma “manchado por estremecedores abusos contra los derechos humanos”.