Submitted by jorge on Fri, 10/02/2017 - 06:51
Uno de los fines últimos de un condenado es su reinserción en la sociedad, pero no muchos son que lo consiguen.
Pero en Cartagena de Indias, Colombia, un rayo de luz en forma de negocio hostelero ha sacado a un grupo de reclusas de la cárcel de San Diego de la monotonía y el desgaste propio de un patio de prisión.
La actriz colombiana, Johana Bahamón, siguiendo una idea copiada en Italia, ha creado un restaurante de lujo dentro de la cárcel de mujeres de Cartagena de Indias.
Inverosímil, ¿verdad? Pues no, porque son las reclusas las encargadas de llevarlo, atender las mesas y cocinar las exquisitas viandas propias del Caribe Colombiano para un selectivo público que hacen cola frente al portón de entrada a la prisión para, una vez aperturado el candado del portón por el funcionario del control, traspasan el umbral al mundo penitenciario y..., a un restaurante asombroso.
En una ambiente distinguido, colorido y rodeado de naturaleza Caribe, unas reclusas ataviadas con trajes propios de la zona los atiendan con el mayor esmero.
Después, una vez terminado el horario de comida, los clientes salen a la Libertad, mientras ellas entran a otra sección del centro ya no tan amable ni colorido, de hormigón, tonos grises y rejas carcomidas por el óxido.
Ellas no cuentan con mesas para comer, lo hacen en el patio o en la cama, pero una nueva motivación provoca que se levanten con ansias de comenzar el día, de aprender un nuevo oficio y de ganar un dinero que ni de lejos esperarían ganar ni siquiera en Libertad.
No nos extraña que algunas de ellas no deseen abandonar el centro, acumulando peso a peso un buen salario, cultivando un huerto interno creado por ellas y demostrando al mundo exterior que desde la cárcel también se puede sorprender con un negocio original donde los haya y que día a día atrae a una mayor cantidad de público.
Esta es la manera de crear Motivación, Resocialización, Reinserción.