Submitted by jorge on Tue, 11/04/2017 - 06:51
Conocemos varios hackers, de sombrero blanco, esos a los que se denominan los “BUENOS” y, de sombrero negro, los supuestamente “MALOS”, aunque la mayoría de ellos tienen unas características comunes: viven en otro mundo, se elevan, tienen rasgos autistas y, los mejores, llegan al grado de seres etéreos.
El caso es que la juez de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, ha encarcelado al hacker ruso Pyotr Levashov, uno de estos hackers de sombrero renegrido y etéreo a más no poder –le encontraron “millones de credenciales de datos de acceso, nombres de usuarios, contraseñas y preguntas y respuestas de seguridad, para cuentas de sitios web bancarios y financieros”-, por, entre otras cosas, piratear los ordenadores del Partido Demócrata Estadounidense y ayudar con ello a la victoria presidencial de Donald Trump.
Fue detenido en Barcelona a instancias del FBI que también le investiga por desarrollar y utilizar software malicioso NeverQuest, un troyano que succiona la información de los clientes bancarios de las webs de dichos bancos.
Una joyita que parece utilizó el actual presidente norteamericano para hacerse con el poder.
Si estos seres etéreos pueden filtrar información de webs bancarias y de las webs de los partidos políticos, ¿qué no podrán hacer con nuestras míseras cuentas de correos electrónicos, Whatsapp o cuentas de Facebook?
Pues simplemente, dejarnos en bragas a la vista de cualquiera con un solo CLIK, dependiendo del humor con el que se hayan levantado o la manía que nos tengan.