Submitted by jorge on Wed, 26/04/2017 - 06:51
La mayoría de los Gobiernos Occidentales son C-Í-N-I-C-O-S: mucho hablar de reinserción, de la rehabilitación de las personas que han pasado por prisión, de su reincorporación a la sociedad, pero en el fondo no desean a estos ciudadanos de segunda cerca.
Es el caso de un ex presidiario norteamericano, Jeremy Meeks, que se hizo famoso en 2014 y, aún estando en prisión, por aparecer su foto en la Red y volverse viral debido solo a una cuestión: ser, para la mayoría de los internautas, el “preso más guapo del mundo”.
Bueno, salir de prisión con ese sobrenombre no es que sea lo más deseable, pero gracias a ello firmó un contrato con una agencia de modelos y, una vez pisó la calle en Libertad Condicional tras 2 años de cárcel por atraco a mano armada, comenzó a desfilar en diversas pasarelas de moda.
Hasta ahí perfecto; una reinserción en toda regla y gracias a su “esfuerzo”.
El problema ha surgido cuando por motivo de su trabajo tuvo que viajar a Reino Unido a un desfile de moda y por ser portada de una revista popular, siendo retenido en el aeropuerto de Heathrow, Londres, donde fue interrogado durante horas, cacheado, huellado, revisado su equipaje (el mismo tratamiento que recibía en prisión) y, posteriormente, deportado del país sin explicación alguna.
Contaba con los papeles en toda regla, una carta de recomendación de su agente de la Condicional e iba acompañado de su mujer y de su agente promocional, quedando estos últimos retenidos en el Reino Unido mientras Meeks era deportado de vuelta a los Estados Unidos.
Estamos en una sociedad hipócrita y taimada que no perdona los errores, eso sí, los de la gente humilde, ya que los de los poderosos, de esos que hacen y deshacen con total descaro, esos en la mayoría de las ocasiones salen indemnes de cualquier contratiempo.
De esta manera no se consigue una sociedad igualitaria, segregando a los que en algún momento fueron “malos”, de los que habitualmente son “buenos”.