Submitted by jorge on Tue, 09/05/2017 - 06:51

En ocasiones, lo que aparentemente es una simple presión psicológica sin mediar contacto físico por medio y que podría parecer un hecho sin importancia, de seguro encaja en alguna tipificación delictiva, pero parece que a nadie interesa este tipo de coacciones light, habiendo delitos más graves que tratar.
Esto es lo que ocurre en diversas ciudades españolas con grupos organizados de inmigrantes que bajo el mando de jefecillos, se encargan de buscar, controlar y cobrar los aparcamientos libres y de estacionamiento regulado existentes en ciertos lugares concurridos: son los GORRILLAS.
Controlan las zonas de aparcamiento cercanas a los centros públicos como son los hospitales, los centros comerciales y demás, y exigen, SÍ EXIGEN, a las personas que necesitan aparcar, el pago de una propina para indicarles donde les permiten hacerlo, y en el caso de los estacionamientos regulados, cobran una cantidad que irán introduciendo, moneda a moneda, en cuanto se acerca el controlador de la SER, y lo que sobra para ellos, además de la propina.
Ocupan las pocas calles y aparcamientos que rodean ciertas zonas concurridas, y los conductores con necesidad de aparcar en dicha zona, tienen que pasar sí o sí por sus manos, ya que en caso contrario, amedrentan a éstos con palabras o con la sola idea de encontrarse el coche rallado, pinchado, sin retrovisores o cualquier otra “travesura” más.
Los Ayuntamientos se desentienden, la Policía también porque no hay pruebas claras de delito, pero nadie que tenga que acudir a estos lugares se libra de los 3€ mínimo que han de pagar o sino, atenerse a las consecuencias.
Un tipo de mafia a pequeña escala con la cual las Autoridades se desentienden.