Submitted by jorge on Wed, 24/05/2017 - 06:56

Se trata de una de estas noticias que nos exasperan, y donde una aparente valentía y agresividad no hacen más que esconder cobardía y acomplejamiento.
Que un joven de 18 años propine un puñetazo a un anciano de 81 –el inverso de la edad del joven-, lo abandone a su suerte muriendo con posterioridad, y tan solo por ser recriminado por este último, es propio de un descerebrado.
El agresor, acompañado de una chica, conducía su automóvil a gran velocidad por una avenida de Torrejón de Ardoz, cuando dejando atrás un paso de cebra, escuchó como el anciano lo increpó debido a la velocidad con la que se desplazaba.
El conductor frenó el coche, se apeó, se acercó al anciano y le propinó un puñetazo en la cara que provocó la caída del agredido, quedando inconsciente. El agresor, sin preocuparse por el incidente, regresó al automóvil y arrancó.
El anciano murió al cabo del rato a pesar de la atención recibida por parte del personal sanitario del Summa.
Para resumir: hay que ser mediocre, acomplejado e inseguro, para atacar a un ciudadano que podría ser su abuelo o bisabuelo y dejarlo abandonado a su suerte y todo, quizás, con el único fin de demostrar a su chica lo machote que podía ser.
Y como en tantas ocasiones comentamos, queremos ver a este señorito en un patio chungo de prisión, no en uno de esos módulos de respeto ni donde albergan a los politicuchos y prohombres detenidos, NO, en uno de talegueros de pro.
A ver cómo le va cuando sus compis se pispen del delito por el que ha entrado en en la cárcel.