Submitted by jorge on Tue, 27/06/2017 - 06:05
En la mayoría de los países del “Primer Mundo”, -las que pertenecen a países en vías de desarrollo ni las tenemos en cuenta ya que antes de ser excarcelados por una enfermedad terminal los prisioneros mueren en la cárcel como tantos otros compañeros sanos-, las legislaciones judiciales y penitenciarias son inflexibles al respecto de las conmutaciones de condenas o excarcelaciones por enfermedades graves.
Pocos sistemas son los que condonan la Pena por enfermedad a no ser que dicho padecimiento se encuentre en fase terminal y apenas le queden al reo unos meses o semanas de vida, de lo contrario, nada que hacer.
Hasta en China parece ser que tienen en cuenta una fase terminal de la enfermedad para excarcelar a un preso, como es el caso del disidente chino y premio Nobel de la Paz 2010, Liu Xiabo, que ha sido enviado a un hospital y conmutada su pena de 11 años de cárcel por subversión, debido a que padece un cáncer de hígado irreversible. Ni siquiera ha podido ir a su domicilio, tal es el estado de salud del preso.
En los Estados Unidos ocurre otro tanto de lo mismo y en diversos países europeos como Inglaterra, Francia, Alemania y otros, la situación es similar.
Aquí, en España, presos con VIH, Hepatitis C y la enfermedad del Crohn, por ejemplo, y todos en un estado avanzado de la enfermedad, siguen cumpliendo sus penas a no ser que el subdirector médico de la prisión junto a un informe médico externo, diagnostiquen el estado terminal de la enfermedad, además de la necesidad de llevar el visto bueno del Juez de Vigilancia Penitenciaria correspondiente.
Ahí si puede ser excarcelado el interno, pero solo en casos de gravedad extrema o terminal, sino a cumplir condena, esté enfermo, loco o sano.
