Submitted by jorge on Thu, 10/08/2017 - 06:05
No podemos pretender que un abogado nos defienda, nos represente, si no cobra o si percibe una cantidad escasa y fuera de plazo.
Pues esto es lo que ocurre con los Abogados de Oficio de nuestro país, exceptuando los de algunas Comunidades Autónomas cuyos Turnos de Oficio no dependen de la Administración Central.
Se trata de una actividad, digámoslo así, vocacional, donde los letrados apenas cobran una retribución media de 120 euros, de acuerdo al tipo de caso y especialidad, y lo cobran tarde y mal, dado que algunos y dependiendo de la CCAA, llevan hasta 8 meses sin percibir cantidad alguna.
Y esto no es un problema actual, ya que se lleva arrastrando años y nadie pone coto a esta situación.
España cuenta con 45.000 Abogados de Oficio, de los cuales, 5.600 se encuentran ubicados en Madrid y, según la Ley de Justicia Gratuita de 1996, ésta estipula que “el servicio de asistencia jurídica gratuita esté digno y suficientemente remunerado haciéndose efectiva su retribución en plazos razonables”, situación que “se está incumpliendo de forma sistemática”, según algunos de estos abogados.
Y es que cualquiera que carezca de medios económicos y necesite de una defensa en procedimientos del tipo que sean, desde lo Civil a lo Penal, tiene derecho por LEY a este tipo de defensa.
Por último, las reivindicaciones de este colectivo son:
• Pago de las cantidades atrasadas.
• Participación en el Ilustre Colegio de Abogados, ya que la Junta de dicho Colegio no tiene miembros que desempeñen las funciones del Turno de Oficio, por lo que carecen de la perspectiva relativa a dicha línea de defensa.
• Respeto a los derechos humanos en la tramitación de expedientes disciplinarios a los abogados díscolos, ya que son poco garantistas las sanciones impuestas.
• Desprotección a los Abogados de Oficio en caso de enfermedad, accidente u otro contratiempo, dado que quedan desprotegidos en el plano económico.
• Formación continua con cursos de reciclaje.
Se trata, desde siempre, de un sector desprotegido dentro de la misma Abogacía y del Ministerio de Justicia, por lo que no nos debe extrañar que algunos de ellos dejen de ser honestos cobrando unos honorarios extras a las familias de sus defendidos.
Es una golfada, pero como dice el refrán, “de aquellos polvos vienen estos lodos”.