Submitted by jorge on Fri, 08/09/2017 - 06:05
Está pululando por la Red un vídeo de una joven norteamericana, Tosca Sponsler, que después de ser detenida por hurto en Texas y esposada con las manos a la espalda e introducida en el coche patrulla, muestra como ella, con suma facilidad, se desabrocha el cinturón de seguridad y, acto seguido, se desembaraza de las esposas, pasando a la parte delantera del automóvil y dándose a la fuga conduciendolo.
El caso es anecdótico, aunque se ha vuelto viral debido a que la protagonista es una mujer, además de la pericia demostrada y de su huida en el vehículo policial.
Pero aunque no lo parezca, se trata de un tema recurrente en las conducciones policiales, en los canguros o transportes presidiarios y en los juzgados.
Los que cuentan con una vasta carrera delincuencial, han pisado muchos patios de prisión y aún más conducciones policiales, conocen los diversos modos de zafarse de unas esposas o grilletes, entre los que se cuentan el abrirlos con una tapa de un bolígrafo BIC o un clip, deslizar las manos -solo las pequeñas o muy delgadas- y sacarlas del grillete, partirse el dedo pulgar y extraer la mano, etc.
Otra cosa es, una vez ya liberado de los grilletes, escaparse del furgón policial o de la custodia de los agentes, situación algo más complicada.
Es tarea harto sencilla para el cuenta con una experiencia taleguera y policial, y que lo ha convertido en un especialista del escapismo y del disimulo, aunque para ello no hay que trasladarse a los Estados Unidos: en España contamos con “expertos” de sobra.