Submitted by jorge on Tue, 05/06/2018 - 06:43
En los módulos de las prisiones hay gran cantidad de internos enfermos, pero no solo de una gripe, sino enfermos de verdad y, en muchos de los casos, de males incurables.
A pesar de ello, los Jueces de V.P. y I.I.P.P. no les dan la Libertad a no ser que estén cercanos a terminar de cumplir la condena o al final de su vida, entonces sí.
Hepatitis C, Tuberculosis, VIH y Cáncer entre otras, devoran los cuerpos de muchos presos de nuestras cárceles, a pesar de lo cual, siguen cumpliendo sus condenas, atendidos por médicos, pero cumpliendo.
Casos como el del etarra Bolinaga, que murió un par de años después de salir de prisión por “razones humanitarias” aunque sin cumplir el total de la condena, padeciendo un Cáncer tras la rejas durante 15 años, o el del etarra Bautista Barandalla que, tras años de cárcel, enfermó de la Enfermedad del Crohn en 2002 y ni con las caceroladas organizadas a la puerta de la prisión de Zuera por familiares y amigos ni por las conducciones semanales que hacía al hospital de Zaragoza lo dejaron en Libertad hasta 2009, sin cumplir igualmente la condena total pero pasar en prisión años enfermo.
Al igual que ellos, cientos de presos anónimos padecen sus enfermedades en prisión, en ocasiones, incurables, y sin visos de en Libertad.
Y ahora llega el listillo de Zaplana y por medio de su abogado, otro taimado y aún más listillo que cobra unos honorarios de a millón, solicita su excarcelación por padecer “Leucemia aguda y un cuadro de inmunosupresión profunda", tan solo 2 semanas después de ser ingresado en la cárcel.
La Juez, Isabel Rodríguez, ha desestimado el recurso del abogado defensor, aduciendo que “debe asumir las consecuencias de sus actos siendo él el único responsable y que, a pesar de su enfermedad, se encuentra en perfecto estado llevando una vida muy activa desde el año 2015, desplazándose de un sitio a otro sin llevar mascarilla, en un medio hostil donde se puede coger cualquier tipo de virus".
Es decir, que la Juez no estima que la enfermedad de este “prohombre de la política”, sea suficientemente grave como para excarcelarlo a los pocos días de entrar.
Nosotros, desde el desconocimiento médico, coincidimos con la Juez, máxime, porque excarcelarlo sería una afrenta para los cientos, miles de reclusos enfermos que padecen su enfermedad en soledad y sin nadie que les compadezca.
