Submitted by jorge on Wed, 18/07/2018 - 06:43
La CPI cumple sus 20 años de vida ampliando competencias, aunque todavía no cuenta con la libertad de movimientos y decisiones que desearía debido al desacuerdo de los países miembros en las materias que se abordan.
Desde el Macrojuicio de Nüremberg en 1946, es la primera ocasión en que un Tribunal podrá juzgar a los responsables de provocar guerras y matanzas, incluyendo en su jurisdicción “el crimen de Agresión, que implica planear, preparar, iniciar o ejecutar una agresión que por su carácter y gravedad viole la Carta de Naciones Unidas” y que ha tardado 8 años en sumarse a otros ya establecidos como son los de Genocidio y los Crímenes de Guerra y contra la Humanidad.
Paralelamente a este logro en materia de competencias, las críticas inciden en que los procesos se han centrado en exceso en los países de África, y que diversas naciones como son Estados Unidos, Rusia, China, India e Israel no aparezcan entre sus miembros.
Además de ello, el crimen de Agresión no ha sido ratificado por todos los países, entre ellos, Francia e Inglaterra, lo cual llama mucho la atención, dado que sí estuvieron presentes en el Juicio de Nüremberg donde se juzgaba a Alemania y a sus mandatarios por Agresión.
En el tiempo de vida de esta Corte Penal Internacional ha habido Juicios y Sentencias ejemplares, pero casi todos centrados en líderes africanos que, en ocasiones y una vez sentenciados, salían en Libertad porque ganaban sus Apelaciones por falta de pruebas o retirada de los testigos.
Tal y como afirma el jurista británico Geoffrey Nice, Fiscal principal del juicio contra el expresidente serbio, Slobodan Milosevic, “la Corte Penal tiene nobles intenciones, pero como las grandes potencias no han ratificado el Estatuto, el trabajo realizado debe verse bajo el prisma de lo logrado hasta ahora. Aunque ha habido problemas y decepciones, los tribunales especiales, como el de Yugoslavia o Ruanda, no serán reemplazados. Por eso hay que apoyarla”.
Los logros y nuevas inclusiones penales se realizan con cuentagotas, pero ante la dificultad que entraña juzgar y condenar a súbditos de terceros países, es mejor conformarse con los éxitos pírricos de esta CPI que no hacer nada, por lo que cada grano de arena que suma, es un paso en la dirección de poder llegar a hacer una Justicia Universal para todos.