Submitted by jorge on Mon, 22/10/2018 - 06:45
Una buena historia para un buen comienzo de semana.
En estos tiempos en que la Justicia está tan desprestigiada por sentencias como la del Tribunal Supremo con respecto a los Bancos y otras menos conocidas pero no por ello menos llamativas, el que un Tribunal dicte una Sentencia en condiciones y, además de ello, trate de hacerla comprensible para los implicados en la causa, es de loar.
Resumiendo, en 2012 un hombre de 47 años con una discapacidad del 42 %, inteligencia límite y trastorno de personalidad asociado, y que trabajaba en un supermercado con una nómina de 734€ al mes, se enamora de una chica, amor que es correspondido, supuestamente, por ella.
Al poco tiempo, el hombre fue perdiendo paulatinamente los ahorros y se embarcó en un crédito hipotecario de 86.000€, todo instigado y en base a la manipulación que la chica y su madre realizaron.
A la vez, recibía continuas llamadas del banco debido a descubiertos en su cuenta que se saldaban con 434€ de intereses mensuales, mientras el afecto de la chica iba desapareciendo, hasta que desesperado, consultó el caso con un allegado de la familia.
Ahí se descubrió el pastel.
Este año, la sección 16 de la Audiencia Provincial de Madrid celebró el juicio, proporcionando a la víctima un facilitador para ayudarle a comprender el proceso en sí y, posteriormente, la Sentencia.
Pero no contentos con ello, los jueces de dicha Sala redactaron la Sentencia y la enviaron a una Fundación que trabaja con discapacitados psíquicos para que la adaptaran a un lenguaje fácil y comprensible para la víctima, documento que estos llevaron a cabo y devolvieron a los Jueces para plasmar en él su firma y así fuera una Sentencia en toda regla.
Términos y frases como, "una denuncia es contarle a la policía o a un juez lo que ha pasado", “reunió pruebas para investigar lo que había pasado” o “decide si se le pone un castigo o no a la persona que ha hecho daño a alguien (...), hicieron de la Sentencia una lectura entendible a este pobre estafado.
En la Sentencia se especifica que ambas acusadas han reconocido los hechos probados por los delitos de “uno continuado de estafa, otro de estafa agravada en tentativa y otro delito de falsedad documental”, por lo que a la hija le imponen 2 años y 2 meses de prisión y a la madre 15 meses, además de abonar 3.000€ de inmediato como Responsabilidad Civil y pagar entre ambas 300€ mensuales hasta completar el total del montante que le estafaron.
Una Sentencia que resarció al hombre de todo el dinero perdido, que él pudo comprender con un lenguaje sencillo y comprensible y que le devolvió su seguridad como ciudadano.