Submitted by jorge on Tue, 27/11/2018 - 06:45
Durante estos días, más si cabe, se está tratando el tema de la Violencia de Género, en especial, el domingo, en el que miles de mujeres se manifestaron por las principales urbes españolas en contra de esa lacra.
Pero de lo que casi nadie habla es del Maltrato Económico, ese que no deja huella física pero que puede condicionar la vida de la mujer e hijos separados de manera drástica.
No podemos decir que sean mayoría, pero hay hombres que una vez separados y con el fin de castigar a la mujer por ser ella la que tomó la iniciativa de la separación o de dejar el hogar seguida de sus hijos, la castigan, los castigan, negándose a pagar pensiones que por Ley les corresponde.
Lo hacen por revancha, por rabia, por celos, por haber sido “abandonados”, sabedores que los Jueces no son proclives a dictar sentencias ejemplarizantes en casos como el impago de la pensión, a pesar de estar penado por Ley como un delito de Violencia de Género con 3 meses a 1 año de prisión.
Pero son pocos los que terminan entrando en la cárcel, actualmente 93 hombres en toda España condenados por ello, salvo que concurra violencia física de por medio; el resto se dirime con multas, trabajos en favor de la Comunidad o alguna otra actuación similar.
Si bien en algunos casos son las mujeres las que logran unas pensiones importantes de sus exparejas, lo habitual es que dichas pensiones sean exiguas y el hombre colabore con dichas pagos, salvo en los casos a los que nos referimos, donde el “despechado” aduciendo carecer de medios, estar en el paro o no tener activos a su nombre -situación que en muchas ocasiones es falso-, se niega a pagar dichas pensiones a pesar de las reclamaciones que les hacen sus mujeres y, que en ocasiones, ratifican los jueces con mayor o menor resultado, a pesar de lo cual, siguen teniendo derecho al régimen de visitas con sus hijos.
La recomendación para estas situaciones es que la mujer lleve el caso por la vía Civil antes que por la Penal, ya que de esta manera cuenta con más posibilidades de lograr un resultado satisfactorio, aunque no se aplique el posible castigo penal a su excónyuge.