Submitted by jorge on Fri, 08/02/2019 - 06:45

Hace años, el que llegaba del colegio o de la universidad con bajas calificaciones, no solo era reprendido por los padres, sino también y en ocasiones, recibía por añadidura una colleja.
Y si además de ello, a uno se le ocurría poner en duda la opinión del profesor o su falta de ecuanimidad a la hora de corregir, recibía doble ración de collejas con el suplemento de escuchar a sus progenitores ensalzar la labor del docente.
Hoy en día, no solo se pone en duda la manera de impartir clases del profesor así como la de corregir injustamente ejercicios y exámenes, sino que encima éste se lleva los gritos e insultos de los alumnos, cuando no los de los padres.
Y suelen ser los alumnos más mediocres los que con habitualidad reclaman y exigen ante el profesor, no los que estudian y los más brillantes.
Pues esta historia de viernes tiene guasa, ya que un profesor de la Facultad de Económicas de la Universidad de Vigo fue encerrado con llave en su despacho por una alumna descontenta y la madre de esta, que exigían el cambio de nota de un examen.
Como el docente contaba con una llave de repuesto, abrió la puerta y trató de evadirse de sus agresoras, las cuales lo introdujeron de nuevo al despacho y lograron reducirlo a paraguazos, resultado de lo cual, le provocaron una herida en la nariz.
El profesor, de 48 años, acudió después del incidente al Juzgado de Instrucción nº 4 de Vigo a denunciar el caso, al igual que la alumna, la cual adujo haberle agredido porque éste la agarró de la camisa.
Al margen de los dimes y diretes del caso y del resultado del juicio oral que de seguro se celebrará, nos parece demencial agredir a un profesor física y violentamente, existiendo hoy en día otro tipo de cauces para lograr la revisión o repetición de un examen.
Creemos que en estos tiempos que corren se ha perdido la perspectiva de la realidad, amparándose en el todo vale cuando no estamos de acuerdo con una decisión.