Submitted by jorge on Mon, 03/06/2019 - 06:43
De continuo nos encontramos con noticias relativas a la trata de personas, ya sea de mujeres como mercancía para la prostitución, de niños para la venta de órganos humanos o redes de pederastia y/o pedofilia, la de trabajadores de países subdesarrollados para la mano de obra barata, es decir, una esclavitud moderna adaptada a los tiempos que corren.
A comienzos de año ya se desbarató una red de prostitución que además de regentar un grupo de chicas en algunas provincias españolas, cobraban a prostitutas independientes 1.500€ mensuales por dejarlas trabajar en una “plaza” en una zona de lujo de Ibiza.
En el caso que nos ocupa, la Policía Nacional ha desarticulado una red que se dedicaba a la trata y explotación de seres humanos con fines laborales, y ello no significa que han de ser trabajos de prostitución, no, porque parece que en esté caso se trataba de trabajos agrícolas e industriales.
Los tentáculos del grupo explotador se distribuían por 5 provincias, entre ellas las de Huelva, Jaén, Córdoba, Badajoz y Albacete y dada la amplitud del operativo, operación “Urofort”, el Juez de Instrucción nº 3 de Jaén ha declarado secreto el sumario, practica judicial con la que no estamos de acuerdo, dado que deja al imputado y a su abogado en un estado de indefensión y desconocimiento de la instrucción durante dicho tiempo, tiempo en el que no pueden tomar determinaciones relativas al proceso.
Para terminar, insistir en la dificultad de desarticular este tipo de redes de explotación de seres humanos debido a la cantidad de integrantes pertenecientes a dichos grupos y las ramificaciones en diversas ciudades y territorios que tienen organizadas.