Submitted by jorge on Tue, 11/06/2019 - 06:45
Siempre se ha sabido que Instituciones Penitenciarias Españolas ha sido una entidad hermética y poco abierta a la sociedad, al igual que la mayoría de las otras Instituciones Penitenciarias internacionales que cuentan con similares características.
Solo a partir de ser secretaria de I.I.P.P. Mercedes Gallizo y con este nuevo secretario, Ángel Luis Ortiz, esta administración penitenciaria se ha abierto algo más al público en general y, especialmente, a las familias de los presos, sin embargo, ha sido tan solo una mínima salida de información a la sociedad en general de lo que en realidad ocurre en el Sistema Penitenciario Español.
Poco trasciende sobre los suicidios, muertes por enfermedades, tiempos extremadamente largos en Aislamiento, cacheos, peleas, agresiones y demás actuaciones poco claras que se puedan dar en nuestras cárceles, ya que no interesa que el público esté enterado de lo que se cuece en privado en estos lugares.
De ahí que el funcionario de prisiones Enrique Rodrigo haya sido expedientado por I.I.P.P., dado que apareció en el programa de televisión de Ana Rosa denunciando el estado de las prisiones, donde asegura haber aún vacantes para 3.500 funcionarios, una falta de seguridad latente y muertes semanales de internos.
Tal y como aseguró, "molesta que denunciemos que hay una clamorosa falta de seguridad para internos y funcionarios y que cada semana decenas de personas acuden al hospital. Molesta que digamos que es necesario renovar nuestras retribuciones y que contemos que hay internos que mueren cada semana".
Pocos, escasos, son los países que cuentan con una política penitenciaria abierta, ya que en la mayoría de estas naciones, se oculta la realidad de un colectivo, el de los presos y las prisiones, que incomoda a la “gente de bien”, esa que prefiere mirar hacia otro lado y no enterarse de lo que ocurre en el cuarto de los trastos de la gran casa de I.I.P.P.
Qué podemos pensar de las naciones que además cuentan con cárceles gestionadas por empresas privadas: de ahí no sale ni un suspiro.