Submitted by jorge on Fri, 21/06/2019 - 06:45
El martes colgamos un post, “PERROS QUE TODO LO CONTROLAN”, donde hacíamos mención sobre perros entrenados para detectar la Droga introducida en prisión.
Hoy, por ser viernes, desarrollamos una noticia relacionada también con perros dentro de la cárcel, pero en esta ocasión, desde un punto de vista amable, positiva.
Un preso, Karim, que llegó a la prisión de Madrid III, Valdemoro y se topó con dos perros, Princesa y Rei, deambulando por un pasillo, alertó a todos sus compis de patio de que iban a realizar un cacheo, pensando que se trataba de unos perros similares a los anteriormente mencionados.
Sin embargo, sus compis se rieron de él mientras abrazaban a los canes y acariciaban con cariño.
Cuando hace 8 años, el actual director de este Centro Penitenciario llegó a dirigirlo procedente de la prisión alicantina de Villena, venía con ideas nuevas y un proyecto que había observado como positivo en otras prisiones: el del contacto de los internos con animales de compañía.
Firmó un acuerdo con la Fundación Affinity y trajeron a estos dos perros, Princesa y Rei -que por aquel entonces contaban con 1½ años de edad-, como parte del proyecto de terapia con presos conflictivos.
A partir de ese momento, se creó un grupo de internos cuyo como cometido diario era el de cuidar a estos animales, y se hizo una selección de los mismos, en especial, de los conflictivos que habían tenido animales de compañía en su casa.
Por ejemplo, el caso de Víctor Peco, un interno de 50 años que lleva 20 años en la cárcel y al cual le ha cambiado la vida desde que se encuentra en el grupo de trabajo con los canes: “Yo siempre he tenido perro, desde que era pequeñito, en mi casa siempre ha habido animales. Y de estar todo el día en hormigón a poder relacionarte con esto, pues es una sensación en lo personal muy emotiva, muy fuerte.
Quien haya permanecido una buena temporada en prisión, conoce de primera mano la necesidad que tienen los presos de relacionarse con animales, ya sea un ratón o un ave, todo sirve.
Analizar y ver la vida y costumbres de los gorriones, darles de comer y asistir a sus apareamientos, son todo un suceso en cualquier patio de taleguero.
Por ello, este tipo de iniciativas nos parecen más positivas que muchos programas de reinserción que se venden como la panacea de la reinsertación.
https://elpais.com/sociedad/2019/03/19/actualidad/1553012254_561834.html?rel=mas
