Submitted by jorge on Mon, 01/07/2019 - 06:43
De siempre, la quema de colchones ha sido uno de los sistemas favoritos de protesta en las prisiones, no solo de las españolas, sino en general, la de todas las prisiones del mundo en donde se utilizan colchones, claro está, ya que algunas carecen de ellos, y donde los reclusos duermen en el mismo suelo.
Y suelen ser los presos de pro, esos reincidentes que llevan toda su vida entrando y saliendo de prisión, esos que en ocasiones han pisado los módulos de Aislamiento, los que más utilizan este método, no solo por lo llamativo y aparatoso, sino porque puede poner en riesgo la vida del mismo preso, la de sus compis y la de los Funcionarios que intervienen.
Este ha sido el caso acaecido la semana pasada en la prisión de Palma de Mallorca, donde un preso residente en el módulo de Aislamiento prendió fuego a su colchón y a todos los enseres de su celda, que a su vez provocó la intoxicación por humo de varios de sus compañeros y de los Funcionarios que acudieron a rescatarlo y a tratar de controlar las llamas.
Consecuencia de todo ello, el interno incendiario fue trasladado de urgencias al Hospital Son Pases y los 3 Funcionarios, también intoxicados, a una clínica de la ciudad.
Este tipo de reivindicación y de protesta es muy peligrosa dado que lo que no consiguen destruir las llamas lo hace el humo que habitualmente logra más víctimas que el mismo fuego.