Submitted by jorge on Wed, 27/05/2020 - 06:26
En muchas ocasiones, un accidente o una casualidad destapan un problema de mayor calado aunque, en este caso, el accidente también se las traía.
Un Interno de la prisión madrileña de Estremera y que trabajaba en un taller de producción de dicha prisión para el cableado de una empresa de ascensores, sufrió la semana pasada un accidente con una maquina de cortar cables, de ahí que fuera trasladado de urgencias al hospital.
Ahí le amputaron 2 dedos de la mano y cuando realizaron todas las pruebas médicas al accidentado, dio positivo en Coronavirus, es decir, que además de quedarse sin dedos también estaba infectado.
Por dicho motivo, cerraron los talleres de producción de Estremera que con tanta dificultad y lentitud se han ido aperturando en las últimas semanas en diversas prisiones españolas y a pesar de haberlo hecho con un 30% del aforo laboral real.
Pero lo peor del caso es que a raíz del accidente de este Interno, comenzaron a realizar las pruebas del Covid-19 a todos los Presos del Centro y, en un solo día, se habían contagiado otros 13 Internos que, sumados a los 26 casos ya reportados en el Centro, dan un total de 39.
Con anterioridad habían estado aislados en este prisión debido al Coronavirus 4 módulos de los 15 existentes y cuando ya empezaba a controlarse su propagación, ha vuelto a rebrotar.
Los Sindicatos de Funcionarios han puesto el grito en el cielo por esta situación y por la apertura de los talleres, pero pocos han hecho alguna observación al caso del Interno accidentado, ni de que haya perdido 2 dedos, sino todo se ha centrado en el contagio.
No nos extraña: 2 dedos cautivos no tienen el valor de 2 dedos de un ciudadano de a pie.