Submitted by jorge on Tue, 02/06/2020 - 06:26
Spain is different.
Ya lo dicen nuestros vecinos del norte; somos la monda. Y después nos preguntamos porque el Gobierno ha sido tan estricto con el Confinamiento; hacemos lo que nos viene en gana y de mala manera.
Ni nuestra Justicia cumple con las normas, y para ejemplo de ello, sacamos a colación este Juicio que se iba a celebrar en la Audiencia Provincial de Granada con Jurado y gran algarabía, ya que se trataba del primero que se llevaba a cabo tras el Confinamiento y también, porque se juzgaba al asesino de un Guardia Civil.
Pues nada, que se ha quedado en eso, en nada y ha debido de ser aplazado por la Magistrada que presidía la Sala cuando los Abogados de la Acusación, el Abogado de la Defensa y la Fiscalía han presentado una queja debido a que la Sala no cumplía con las medidas mínimas exigidas por el Protocolo de Seguridad.
Comentarios como el del abogado Javier López una vez se suspendió la vista lo dice todo, “es indignante que el delegado de Salud de la Junta haya autorizado, como me consta, que el juicio se celebre en esa sala. Se ve que ese señor no ha visto un juicio en su vida, si no, no lo habría autorizado”, dado que la sala no era especialmente grande y debía albergar un total de 24 personas: 11 miembros del Jurado, 1 Fiscal, 1 Abogado del Estado, 3 Abogados de la Acusación, 1 Abogado Defensor, 1 Magistrada, 1 Secretaria y 1 Funcionaria, 1 Acusado, 2 Policías de escolta y la Viuda del asesinado.
Se habían separado los espacios con mamparas, pero si cualquiera de los ahí presentes se movía hacia atrás o hacia los lados, se encontraba a 40 cms. de las narices del colindante, y mantenerse en una postura inmóvil, sin pestañear ni balancearse durante las 5 horas diarias del juicio los 5 días de duración del mismo, era tarea prácticamente imposible.
Se trataba de juzgar a José M. Arcos, alias Kiki, que en la madrugada del 15 de octubre de 2018 transitaba con un coche por la zona de la Gabias, Granada, cuando le dieron el alto en un control de la Guardia Civil. Tras salir del vehículo y después de un forcejeo con uno de los agentes, Kiki, le arrebató su arma reglamentaria y lo mató; después huyó.
Lo localizaron horas después con un fusil ametrallador, aunque fue desarmado, detenido y encarcelado.
Tras 1 año y ½, y una petición fiscal de 27 años de prisión y de 42 años por parte de la Acusación Particular, el Juicio se iba a celebrar ayer lunes, pero salvo los Abogados, el Fiscal y la Magistrada, nadie más llegó a entrar en la Sala ante la falta de adecuación de la misma que los profesionales percibieron y denunciaron.
Si estos fallos de Protocolo los comete la Justicia con Mayúsculas, ¿qué podemos esperar del resto de los sectores sociales y de los ciudadanos?