Submitted by jorge on Fri, 09/10/2020 - 06:26
Una típica historia de viernes por lo ridículo de la acción cometida, aunque no por el resultado que obtuvo el gracioso.
La ocurrencia le ha costado una condena de 4 años de prisión por un delito de Violación, ya que aunque la pena parezca desproporcionada al hecho en sí, sienta un precedente para futuros amantes graciosos.
Un hombre de la ciudad de Worcester, Reino Unido, mantuvo relaciones sexuales consentidas con una mujer que recién había conocido, pero que le puso como condición incuestionable que utilizaran un preservativo para ello.
El graciosillo no tuvo mejor idea que agujerear los condones con un alfiler sin avisar a la mujer de esta acción y sin calibrar el riesgo que ello podía conllevar.
Una vez terminaron de mantener relaciones y mientras él se ausentaba un momento, ella se percató de que los preservativos guardados en la mesita de noche se encontraban agujereados, por lo que revisó el utilizado que había tirado a la papelera y que igualmente estaba pinchado.
Denunció el caso ante la Policía, el hombre fue detenido y después de realizarse el Juicio, el graciosillo fue condenado a 4 años por Violación, asegurando en su último uso de palabra y como anterior argumento de su defensa que era "la cosa más estúpida que jamás había hecho y que esperaba con esta acción que el preservativo se rompiese y mejorase el sexo".
Poco más podemos añadir a este caso anecdótico pero que para el amante ocurrente se transformará en una pesadilla tras la rejas de unos cuantos años.