Submitted by jorge on Tue, 20/10/2020 - 06:26
Lo que antes se aceptaba mirando hacia otro lado y se tildaba de peccata minuta, aunque no lo fuera, ahora, en especial, desde 2017 y a raíz de escándalo del productor de cine Harvey Weinstein y la creación del Movimiento de Denuncias de Abuso y Acoso #ME TOO (Yo también), ha transformado o está transformando la sociedad en su valoración sobre los Acosadores y Abusadores Sexuales.
En esta ocasión le ha tocado, aunque tardíamente, ya que llevaba decenios cometiendo abusos a mujeres colaboradoras y amigas, al alcalde de Copenhague, Frank Jensen, de 59 años y que había sido, además de Alcalde de la capital durante 11 años, nada menos que Ministro de Ciencia y Ministro de Justicia de Dinamarca.
Y si no fue denunciado con anterioridad fue debido a que antaño las mujeres callaban por vergüenza o miedo y después, cuando surgió el Movimiento #ME TOO, éste, en un comienzo, no caló en Dinamarca como en otros países.
Sin embargo, en los últimos tiempos ha vuelto y la idea ha resurgido, multiplicándose las denuncias en ámbitos tan dispares como el Política, la Empresa y entre los Profesionales, lo que ha llevado a salir del armario del silencio a algunas mujeres que acusaron a Jensen de Abusos Sexuales en el pasado amparándose en sus cargos políticos.
Y éste, como cualquier político que se precie en el norte de Europa, presentó de inmediato su dimisión después de crear una reunión de crisis con su equipo, dimisión aceptada por la primera Ministra de Dinamarca Mette Frederiksen.
Si bien este personaje público cometió un grave delito de manera reiterativa y por lo que de seguro será condenado, ha tomado una decisión que estamos acostumbrados a ver en personajes públicos caídos en desgracia en los países del norte de Europa, pero NO con los políticos del arco mediterráneo, esos que nunca reconocen su error ni hacen frente al problema con dignidad.
Aquí se aferran a la poltrona como si les fuera la vida en ello, además de lo cual, desmienten los delitos cometidos con la mayor desfachatez del mundo.
A ver si aprendemos de nuestros primos del Norte.