Submitted by jorge on Tue, 15/12/2020 - 06:26
Pensábamos que los tiempos de las alcahuetas habían pasado y eran más propios de épocas en las que las relaciones de amor y sexuales libres eran socialmente mal vistas por lo que el papel de las alcahuetas para lograr que las citas clandestinas de los amantes llegaran a buen puerto eran necesarias; ellas percibían por ese trámite unas monedas por parte de los amantes y tan contentas.
Hoy en día, con la libertad que existe en gran parte de los países para que dos personas se vean a solas hace innecesario este figura del alcahueteo, sin embargo, la historia que nos ha llegado demuestra que aún existe esta “profesión” aunque en un plano mucho más degradado y falto de ética.
Esta historia ocurrió en el Ejido, Almería, a principios de noviembre de este año, cuando una mujer que mantenía una relación de presunta amistad desde hacía años con una menor que de seguro era vecina de la misma, convenció a la joven para que la acompañara a un inmueble donde esperaban el marido de la alcahueta y otro hombre.
Con dificultad logró convencerla para que la siguiera y una vez dentro de la vivienda, la hizo entrar en una habitación a la cual acudieron los dos hombres que, con el visto bueno de la mujer y una vez a solas con la joven, la sometieron y la forzaron a mantener relaciones sexuales no consentidas con ambos.
La chica quedó tan impactada y presa del pánico, que demoró casi un mes en denunciar los hechos ante la Policía Nacional de El Ejido, que de inmediato investigó el caso.
Detuvieron por ello a la alcahueta y su marido, la cual, al verse descubierta y detenida en las dependencias policiales, agredió a un agente y trató de darse a la fuga; al otro hombre se le detuvo días después.
A los tres se les imputa un presunto delito contra la Libertad Sexual con violencia o intimidación que conlleva una pena de 1 a 4 años y por el delito de Corrupción de Menores otra de 4 a 8 años de prisión.
Nos llama la atención que este tipo de alcahueteo siga funcionando en nuestros días, dado que en la actualidad las mujeres suelen proteger habitualmente a sus congéneres, máxime, si se trata de una menor y/o una amiga, aunque desconocemos si fue el marido el que forzó a su mujer a ello, fue un mero divertimento de los tres o, simplemente, cobraron un dinero al tercero en liza.
Ahora queda por ver que condena se le aplicará a este trío.
