Submitted by jorge on Tue, 02/03/2021 - 06:26
Se trata de un delito que de continúo aparece en las noticias pero que hasta hace unos años nadie tomaba muy en serio, es más, la ciudadanía en general lo describía como un mal de siempre pero menor.
Las cosas han cambiado, lo que nos satisface enormemente, porque quien maltrata o mata animales, en especial, los que habitualmente denominados de compañía, carece de humanidad y no es de extrañar, que sea igualmente agresivo con otros seres humanos.
Un hombre de la localidad salmantina de Santa Marta, ató un saco alrededor de la cabeza de su perro de raza galgo y lo arrojó a un canal de agua cercano a la localidad.
Logró matar al can por asfixia y ahogamiento, pero claro, como ya no le servía para la caza u otro divertimento, mejor quitárselo de encima sin que nadie se percatara, eso pensó.
Ahora va a ser juzgado y la Fiscalía de Salamanca solicita para él la pena máxima para una acción de este tipo que es de 16 meses de prisión y la inhabilitación para la tenencia de animales o cualquier profesión relativa al contacto con animales durante 4 años, ya que según esta petición fiscal, “lo hizo con intención de causar un sufrimiento innecesario y conociendo que ocasionaría la muerte del animal, arrojando a su perro hacia un canal de agua próximo a la A-50, causándole la muerte. Esto lo hizo tras atarle previamente una bolsa alrededor de la cabeza”.
Por mucha prisión que le pidan o condenen con posterioridad, a este tipo de gente deshumanizada deberían de incluirlos en programas de sensibilización para con los animales y también para con sus congéneres, además de cambiar sus penas de cárcel por trabajos en beneficio de la Comunidad en centros de abandono de animales, hospitales de enfermos terminales o lugares donde pueden percibir y aprender del sufrimiento ajeno.