Submitted by jorge on Mon, 20/09/2021 - 06:45
Si bien es verdad que desde la modernización del Sistema Penitenciario Español unos años después de la llegada de la Democracia a España, las fugas de las prisiones españolas disminuyeron ostensiblemente gracias, en parte, a la ampliación de los beneficios penitenciarios que se otorgaban, al aumento de las Comunicaciones de familiares, a la llegada de la televisión a las cárceles y otra serie de ventajas, también hay que reconocer que estas no dejaron de darse, aunque menos violentas y más enfocadas al “despiste” que a un plan elaborado en el tiempo y ejecutado de manera magistral.
Las fugas actuales suelen ser despistes de los Agentes de Vigilancia durante los trasladaos a Hospitales o Juzgados, y al no regreso de los Permisos de Salida que disfrutan algunos Internos, como han sido los casos de Roberto Izquierdo, “el Ruso” en 2018, donde unos compinches lo ayudaron a escapar en una traslado al hospital 12 de octubre o el del atracador Benito Ortiz, aprovechando su traslado al Hospital de Zaragoza para poner pies en polvorosa.
No obstante, aún se dan fugas llamativas desde dentro de prisión, si bien no tan elaboradas como las que se puedan ver en una película, pero si osadas y con cierto aire chulesco, como fue el caso de los 3 jóvenes Internos a la cabeza de los cuales iba Raúl García Santiago y, que en 1999 saltaron varias vallas de la prisión madrileña de Alcalá-Meco una mañana de densa niebla, para después robar un coche de la Guardia Civil y desparecer en la ciudad o el más reciente del Piojo y su hermano, que en 2020 se fugaron de la prisión madrileña de Valdemoro tras serrar los barrotes de una ventana y a través de la cual cruzaron a un tejado, saltaron varios muros y fueron recogidos por unos compinches fuera de la prisión.
A pesar de estos y otros casos, la mayoría se quedan en intentos, ya sea porque se ejecutan mal y no llega a producirse o porque los Funcionarios de Prisiones o los Cuerpos de Seguridad del Estado las frustran, como es el caso ocurrido el miércoles pasado en la prisión de Sevilla I durante el paseo de patio de los Internos, donde uno de ellos, aprovechando un soporte de aire acondicionado que sobresalía en el patio, se impulsó y se aferró a él para desde ahí agarrarse a las concertinas del muro, desde donde pretendía saltar a un corredor que daba al muro exterior de la prisión, sin lograrlo, ya que los Funcionarios del patio se percataron del hecho y lo detuvieron, enviándolo a Aislamiento mientras el Interno frustrado los increpaba en un estado alterado y agresivo.
En general, hoy en día las fugas carecen de sentido, ya que tratándose de delitos no excesivamente graves, los beneficios penitenciarios, el conocimiento de la legislación penitenciaria que siempre algún Preso del módulo conoce al dedillo y por ello realiza los recursos de los compis que carecen de abogado, el buen comportamiento, la realización de destinos y talleres, influyen de manera notable para que el condenado cumpla su pena en un tiempo bastante más reducido del impuesto en un primer momento.
Mejor usar bien la cabeza e instruirse que el corazón y la osadía: da mejor resultado en prisión.