Submitted by jorge on Mon, 09/02/2015 - 17:41
Hemos conocido muchas historias de A-M-O-R en prisión, pero apenas unas pocas, poquísimas, han dado un resultado positivo con posterioridad en libertad.
¿Por qué?
Porque amar en prisión es idealizar, es soñar con unas sensaciones y sentimientos forjados entre cuatro paredes, sin la realidad del día a día de la calle, de los problemas surgidos de la convivencia, de los niños, del colegio, de las facturas, de, de, de…
El preso solo sueña con tomar en sus brazos a su ser querido, en besarla, en sentirla… todo lo demás ni lo ve ni lo quiere ver.
Las únicas relaciones que se mantienen en el tiempo son las ya existentes y anteriores a entrar en la cárcel, pero las que se realizan entre preso y presa, o preso y desconocida que escribe o trabaja en el sistema, se esfuman como el éter, desaparecen con los problemas y la vida de la calle, esa que te hace asentar los pies en la tierra.
El AMOR dentro de prisión es idealización… y necesidad.
http://www.martinoticias.com/content/historia-de-un-amor-en-la-carcel-de-boniato/86168.html