…es un pensamiento que a muchos de nosotros se nos ha pasado en algún momento de nuestra vida por la cabeza debido a un arrebato de rabia, por una venganza o por una defensa propia.
Sí, pero gracias a nuestra legislación y la de la mayoría de países occidentales, obtener un arma de fuego como una pistola o un revolver, sin entrar ya en las mayores como una ametralladora o un rifle de asalto, es prácticamente imposible, a no ser que te muevas en el mercado negro de los bajos fondos, situación a la que solo puedes acceder con contactos y dinero en metálico...en abundancia.
Sin embargo, en los Estados Unidos cualquier mindundi puede llegar a una tienda de armas y, con el DNI y una tarjeta de crédito, comprar cualquier arma de uso habitual.
Con 310 millones de habitantes, los Estados Unidos cuentan con unas 300 millones de armas de fuego revoloteando por ahí, de lo que se deduce, que nos encontramos con un arma de fuego operativa por cada habitante.
Después los norteamericanos se horrorizan cuando un niñato con cara de pánfilo llega a una iglesia de “enemigos” (otro problema que no ha podido solucionar la primera potencia occidental del mundo: su R-A-C-I-S-M-O interno) y, aunque carezca de puntería y práctica, dispara a diestro y siniestro, mientras las dianas caen como bolos.
Aquí aún necesitamos de nuestras manos desnudas o de algún arma cortopunzante para cometer una locura de ese tipo.
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/06/20/actualidad/1434765653_529764.html