Tras dos meses de visitas continuas al juzgado, de la presentación de innumerables escritos y peticiones, Bremondez logró la libertad bajo fianza de 30.000€ para Robustiano, dinero que Lorena depositó al siguiente día en la cuenta corriente que el juzgado indicó. La despedida fue triste, entrañable; él partía, yo permanecía en prisión.
Lo que ocurrió en la vida de Robustiano a partir de aquel momento me llegó a través de sus cartas y por sus colaboradores que, una vez en libertad, me lo comunicaron. Esto fue lo que aconteció.